Páginas

jueves, 17 de septiembre de 2015

Integración social y otros vicios perniciosos:



Soy Carlos, tengo 28 años, con lo que deduzco que ya no soy un adolescente. Sin embargo... Hay cosas que me dijeron que se acentúan durante ese "periodo hormonado" como por ejemplo; la lucha por ser aceptado socialmente. Sin embargo, creo que algunas, permanecen en mí invariables y dudo que desaparezcan algún día.

¿Por qué digo esto? ¿Por qué un título que hace sonal mal algo tan bonito como la socialización?

La razón de este artículo, es que sigo encontrando multitud de cosas "malas" que intuyo que sigo haciendo, por estar más integrado socialmente. Las cuales, se intensifican o atenúan, dependiendo del "entorno humano".

En la adolescencia muchos empezamos a fumar, o a probar alguna otra sustancia por -entre otras razones- sentirnos bien en el grupillo de amigos y compañeros. Por estar de acuerdo con el momento la situación y el ambiente que nos rodea. Por eso dicen que es tan importante filtrar y seleccionar bien dicho entorno, durante esas edades tan conflictivas.

Sin embargo, cuando sin ningún tipo de filtro, adultos de mi calaña se limitan a recomendar al adolescente, que se controle bajo cualquier circunstancia. Me suena hipócrita. Ya que me da la impresión de que el autocontrol y la personalidad se pierden en el vicio de compartir y sentirse arropado socialmente. Cosa que considero que, aun siendo vicio de los que matan, no es ni malo ni bueno... Es natural

Es inevitable. Queremos ser aceptados en nuestro entorno, sentirnos queridos y compartir. Compartir es una de las cosas más importantes en la vida y es hipócrita, desde mi punto de vista, pensar que sin compartir algunas taras vicios o debilidades con tu entorno puedes ser uno más, es una falsedad. Quiero decir, que a veces se abusa de esa idea de que una fuerte personalidad lo puede todo...

"Un negro no se sentirá socialmente bien en un poblado habitado por adeptos al ku klux klan, a no ser que se pinte de blanco y demuestre conductas racistas hacia los de su color..." 

Un ejemplo poco exagerado para lo que quiero decir... pero bueno ¿se entiende no?


Creo que en la mayoría de los casos, es más importante elegir bien el entorno, que confiar en nuestro gran poder de autocontrol. Pues poniendo un ejemplo más práctico y cotidiano, uno puede oir en casi cualquier reunión de amigos:

(fin de semana)

-No si yo entre semana no bebo, pero es estar aquí a gusto con vosotros y... (¿bebedor social?)

-Yo igual hoy me fumo un paquete pero desde hace tiempo ya casi no fumo ningún día excepto cuando estamos por ahí de cháchara. (¿fumador social?)

-Va vamos a probar, total una vez es una vez... (¿Drogadicto social?)


Lo que tal vez signifique que eso del autocontrol, no está mal pero para las horas de lectura en casa... y si bien es cierto, que conforme nos hacemos adultos, podemos tener algo más de discernimiento, no creo que mejoremos, ni que lo apliquemos tanto a este tipo de situaciones. 
Considero además, que nuestro mayor autocontrol (cuando lo hay) viene más del "ensayo error" que de ese análisis crítico que muchos atribuyen a "la madurez".

LLevemos cuidado, que la madurez desemboca en una rápida podredumbre y no será la primera vez que salen palabras y frases que suenan algo pochas, antes de tiempo.

Yo, que gusto de ponerme de ejmplo de casi todo lo malo. Caigo constantemente en ese tipo de contradicciones mentales, que se producen cuándo algo que sabes que no es bueno; Para tus pulmones, para tu corazón, tu cerebro etc... Se siente tan bueno como unificador de grupo y especie, que te hace dudar de si el poder sanador de estas sensaciones, no serán incluso mejor para ti y tu salud, que esos daños colaterales inevitables en teoría.


Pero bueno, en los ejemplos no nos cerremos solo al mundo de la droga... Podemos encontrar mucha más variedad de daños colaterales derivados del vicio de la integración/ inclusión social:


-Agujetas, y dolores musculares y articulares serios. Causados por la intención de compartir un momento deportivo con alguen externo.

-Fatiga mental por intentar estar a la altura de una conversación que nos rebasa...

-O ridiculitis aguda por tratar de equipararnos a quien, probablemente, no debiésemos tratar de equipararnos... (sea en forma de situación embarazosa, selfie aberrante o acción impropia)


En definitiva, para mi que el vicio por compartir nos puede... A mi hoy me alegra en sentido numérico y biológico porque gracias a cambios en mi entorno paso de fumarme 6-7 cigarrillos a que no me apetezca ni tan solo uno. Paso de beber 3 cervezas a 1... pero eso solo me alegra por esa parte porque por la parte social... Bueno tengo mis dudas...

La pregunta que me hago es ¿Se puede tener el vicio por compartir y socializarse sin los demás?

jajaja naa yo creo que vale la pena buscar el equilibrio, pero no deja de ser casi una quimera... ya que compartir... compartir es de lo poco que vale en esta vida...

¡Gracias por este mundo tan complicado! jajja que lo disfrutéis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario