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jueves, 18 de febrero de 2016

Cuentos nemotécnicos:Título 1: capítulo 2 sección 1 "Los fundamentos de lo grotesco"

Este cuento, mal llamado leyenda... Pero no peor llamado, que redactado. No es más, que un intento del autor, de aunar sus pasiones con sus estudios. Un intento fallido. Pues ha comprobado, que la técnica de elaborar cuentos mentales, para recordar los títulos de la constitución (contenido al que alude el texto) no es igual de eficiente al llevarla al mundo del escrito.
Dice que siente pena, porque pensaba que, tal vez, podría aunar sus pasiones artísticas, con sus deberes estudiantiles. Pero se ha dado cuenta de que la tarde que empleó para escribir este texto pudo ser demasiado tiempo. Un bien escaso al considerar que su pretensión era la de lograr sacar una oposición en un año, o quizás menos.
Pobre autor, no cayó en la cuenta de lo difícil que es expresar y más aún redactar y al no caer en ello, se perdió en pensamientos, y le salió algo entre filosófico y birrioso. 
Por suerte, se consuela con eso de que "de los errores se aprende" y que cometer este, cuando menos, dice: "me ha resultado agradable"

Sin más, estos son los artículos de la constitución referidos...
15) Derecho a la vida
16) Libertad de religión e ideología (1,2,3)
17) Derecho a la libertad personal (1, 2, 3, 4)
18) Derecho a la intimidad y la inviolabilidad del domicilio (1, 2, 3, 4)
19) Libre residencia y libertad de circulación 
20) Libertad de expresión (1, 2, 3, 4, 5)
21) Derecho de reunión
22) Derecho de asociación (1, 2 , 3 , 4 , 5)
23) Derecho de participación (1, 2)
24) Protección judicial de los derechos y libertades (1, 2*)
25) Principio de legalidad penal y derecho de los reclusos a un trabajo remunerado (1, 2)
26) Prohibición de los tribunales del honor
27) Libertad de enseñanza y derecho a la educación (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10)
28) Libertad de sindicación y derecho a la huelga (1, 2)

29) Derecho de petición (1, 2)

...y esta la historia que inventada (o intentada) para relacionarlos en la medida de lo posible.

Cuenta la leyenda, que el 15 de junio de 1978 se gestaba en un vientre femenino, una figura tan sumamente grotesca, que la dueña de dicho vientre, dudaba si aquella cosa, merecía siquiera el don de la vida. 
Ya antes de nacer empezaba, lo que fuese que había allí dentro, a ver mermada su integridad moral y física, a causa, de que la portadora de aquel "vientre maldito" se lo golpeaba e incluso maldecía, lo que en dentro de aquel se desarrollaba, de forma casi irremediable. Pues lo de allí dentro se encontraba en la fase en que ya tenía forma un cierto tamaño, que se hacía ver en las pobres imágenes, que daban las ecografías que de por entonces. 
Así, confundida entre la desdicha que le producía la supuesta dicha de tener un ser desarrollándose en su vientre, se torturaba aquella mujer, por su actitud inhumana y degradante, para con lo que, en definitiva, sería su hij@.
Fue un cura, de esos que se prodigan en virtudes y promulgan la fe cristiana, quien defendió el nacimiento e incluso asistió a la madre durante el parto. Para luego negarla, el bautismo que pidió, aqune sin saber muy bien por qué, para aquello a lo que, ni siquiera recién parida, podía llamar hijo.
El cura, para justificar su negativa a bautizarlo, apeló a la existencia de otras muchas religiones en el mundo y dijo en un alarde de falsedad e hipocresía; que lo mejor sería dejar la elección de su fe e ideología en manos de dios, por el momento. No había prisas según él, ya que así -decía justificándose- el niño podría ejercer con mayor libertad, su derecho a formarse una ideología y un pensamiento religioso, acorde con su inviolable libertad de religión y pensamiento. Siendo de lo más hipócrita al decir esto, ya que ese mismo cura, había convertido con gran esfuerzo y algunas artes oscuras, a todos los pobladores de aquella pequeña región, en la que no solo se ocupó de bautizar a sus miembros, sino también de colmarlos con falsos halagos y bendiciones para granjearse su confianza. De hecho se comprobó más adelante, que su rechazo, se dirigía hacia aquella criatura en particular. Al encerrarla en los más inaccesibles lugares del convento, donde nadie podía entrar, ni comunicarse de modo alguno con ellos (ni siquiera tenían wifi!)cada vez que alguna personalidad importante visitaba el pueblo. Evitando así, que nadie a quien él considerase una personalidad importante supiese de la existencia de aquellos dos. Negándoles a la vez, su derecho a entrar y salir del pueblo, o a residir donde les diera la gana. Pues los únicos días en que las puertas de las murallas permanecían abiertas, eran precisamente los días de eventos y celebraciones, en los que acudían los llamados "importantes" -que subrayo con comillas pues como autor de este cuento, no creo que nadie merezca, realmente, ese distintivo calificativo-.  
Por suerte para la criatura, el lugar donde eran encerrados se encontraba lleno de libros, discos de música, publicaciones dominicales que parecían abundar más que la tierra para el cultivo. Además, nadie podía censurar sus formas de expresarse mientras se encontraban allí, aparte de su madre. Que, por otra parte lo ignoraba, siempre que no la ofendiese con su presencia o interés por hacerse escuchar. En esos casos, -que eran los menos- sí secuestraba sus fuentes de libertad y lo castigaba sin ellas por largos periodos de tiempo.
Cumplidos los 21 años el niño, que no tenía nombre por no haber sido bautizado ni querido por su madre, se había convertido, en un ser extremadamente popular por su fealdad.  Incluso habían quienes se acercaban a él por la calle y lo paraban para conversar durante largo rato, de forma que aquello parecía una pacífica reunión. Hasta que, por culpa de personas, que rechazaban profundamente aquella imagen de apariencia cotidiana, aquello se convertía en una grave alteración del orden público. Pues estas personas, bombardeaban el momento a base de "juegos" como; tocar a sus protagonistas con un palo, ver quien les lanzaba el "mejor" insulto o el escupitajo más desagradable, o era capaz de provocar una reacción "inapropiada" de los primeros. Por estas razones -o mejor dicho, sinrazones-, pronto se estableció, que en caso de que el joven quisiese salir a la calle, para poder conversar con aquellos que lo respetaban, estaría obligado a comunicarlo a la autoridad para su conocimiento y control.
Por fortuna, los que le tenían estima e incluso admiración, por su respeto hacia quienes buscaban ofenderle y dañarle, decidieron formar una asociación en defensa de la fealdad de las personas. Pensando que, no siendo la fealdad ilegal ni inmoral, ni a priori peligrosa, era fundamental eliminar los prejuicios, que hacían que de facto, si fuera peligrosa, por las reacciones tremendamente agresivas que provocaba casi siempre. Llamarían a la asociación "Un tonto hace ciento pero un feo no" y tendría como objeto, fomentar el derecho a la participación de los feos en todos los ámbitos de la sociedad. Pues uno de los sueños del feo hombre, inspirador de la iniciativa, era que ............. -llamémoslo él- y cualquiera como  ............ -él- con o sin nombre,  pudiese llegar a participar en política y actuar orientando mejor a la parte de la sociedad, que nunca lo había tratado siquiera tolerantemente .
Nada más empezar a funcionar la asociación, sus miembros fueron detenidos de forma irregular una vez tras otra. Sin recibir ningún tipo de información sobre las causas, ni asistencia de ningún tipo, y siendo obligados a declarar sobre por qué defendían a quien defendían o a veces obligándolos a declararse directamente culpables de algo, que ni siquiera era delito. Mientras lo que sí era delito, que era detener o juzgar a cualquier persona de aquellas formas, quedaba libre de toda falta y por si fuera poco, las más de las veces, se agravaba al aplicar a los afectados, a penas de cárcel y trabajos forzados con privación de cualquier derecho o libertad. 
Ni los tribunales de honor -ya prohibidos entonces en el ámbito de las organizaciones profesionales y la administración civil- habían sido nunca tan injustos con nadie ni nada.
Por suerte, quienes destrozaban las libertades día tras día, no pudieron censurar la asociación, debido a que hasta ese punto no podía llegar aquel "despistado" juez -responsable final de todo- que a sabiendas de todo, dejaba pasar una tras otra. No porque no fuese su intención hacerlo, sino porque quienes formaban parte de la misma, estaban mejor formados, más enseñados y preparados para presentar pruebas y protegerse de la ley y sus intérpretes, de lo que jamás lo estaría el estúpido -que no tonto- juez cabrón para aplicarla en su contra.
La razón de esto último fue la escuela en la que los miembros de la asociación eran educados. Una escuela que fue construida con el esfuerzo de algunos inteligentes profesores, entre ellos el protagonista de esta historia. Que gestionaban junto a padres alumnos su funcionamiento y garantizaban con esfuerzo, el derecho a una educación gratuita y de calidad, basada en una programación con garantías que era la envidia del país. A eso y a que, por suerte para ellos, la mayoría de personas -incluido el indigno juez- recibían educación en una escuela que representaba todo lo contrario; el clasismo el snobismo y la carencia de valores. Una escuela que solo pudo llegar a ser homologada, por intervención judicial, del padre de quien hoy ejerciendo el mismo cargo, hacía la vida imposible a quienes buscaban la libertad y la dignidad de las personas. 
Quizás, valores como el respeto o la igualdad de las personas, que se trataban profundamente en la primera, eran considerados demasiado "pobres" para esta última ¿Quién sabe? 
La cuestión es, que cada vez, el nivel de conocimientos de unos se fue distanciando del de los otros, hasta el punto en que los miembros de la asociación, llegaron a formar también partidos políticos. Llegaron a dominar los poderes públicos y se extendieron ganando poder, gracias a su "excelente" sistema de enseñanza implantado ahora en todo el país. Señalo con comillas ese "excelente" ya que por desgracia, sus miembros se empaparon de la vanidad que a veces es causada por el saber. O mejor dicho, por el creerse más inteligente que otro. Así cayeron en el desprecio hacia quienes antes los censuraban. Cayeron en el desprecio hacia quienes ahora solo eran capaces de hacer malabarismos sindicales y huelgas para luchar por los escasos derechos laborales, que "los hijos de un feo"-así habían pasado a llamarlos, desde la impotencia que causa verse superados por una situación- les negaban por rencor. La cuestión, es que de la fealdad, surgió la fraternidad, de la fraternidad, la educación y la lucha contra la injusticia, del conocimiento la vanidad y del rencor una nueva injusticia... Pues quienes ahora dominaban el mundo sentían un deseo común de exterminar -a saber por qué- a todos aquellos que por una razón u otra no respetaban la fealdad, como ellos razonaban que debía de ser respetada y así no hubo vuelta atrás.
Por escrito los reprimidos que sobrevivieron a esta brutalidad, pidieron sin más... dejadnos en paz...



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